lunes, febrero 09, 2009
Y de nosotros, sombras...
Cómo puede dolernos el rostro
al contacto de la brisa.
Cómo pueden dolernos las manos
al rozarlas, nuestras manos.
Cómo pueden secarse los labios
atrapados en el silencio o mudo grito.
Y los besos, los besos que nos damos
nos duelen secos, se humedecen
con mis lágrimas que van rodando...
Y cómo te amo y cómo me amas...
y cómo nos duele y nos rasguña
nos araña este aire plomizo
esta nube que presagia la tormenta.
Y, nosotros internos y amados
silenciosos y espectantes
cuidadosos de nuestras sombras
rozando los latidos de la noche
juntando estas dos humanidades adoloridas
estos dos cansancios fundidos en sepia.
Pero aquí estoy sintiéndote
como aguamanil de acero
o pilar de roble, de mi resquebrajado tronco
de angustias.
Amor, siempre amor, me rodeas
más allá de todo este maltrecho
espacio, me rodeas hondo...
Y en esas honduras me mantengo
frágil y firme a la vez
porque me he convertido en un mar de incongruencias
tu templanza es mi todo.
Andando juntos, como paisaje de antaño
o sombras andantes, vamos dejándonos
los besos dibujados en la piel.
Antonietta Valentina
2007
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