A solas
Extraños aires
raros tiempos.
Con la maleza acechando
hasta la noche se fuga.
Lánguida mirada mía
los pensamientos confusos
se aglutinan.
La quietud de los árboles
en blancura de cielo nubloso
acompañan esta soledad ansiada
este requiebro que habito.
Sólo entiendo el vuelo de las aves
que madrugan ausentes de culpas
lejanas del siniestro ensayo humano.
Sólo comprendo, el deseo matutino de las flores
desparramando aromas y colores
para mis ojos ansiosos.
Me acerco y me encuentro
cada vez más lejana de lo urbano
más cercana a la montaña
al mar que habita mis sueños.
Queja, queja interna y silencio.
Falta de costumbre en destiempo
esperando poder disfrazarme de brisa
enrarecerme junto al alba
y en un vuelo, danzar con las estrellas
que se fugan.
Marzo 2008
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