Danza con los muertos

Me haces falta
no te lo había dicho
pero lo sabes
que me haces falta, tremendamente.
Montones de lunas y soles
han acompañado tu ausencia
que carcome aún
el silencio cargado y solitario
que sólo comprendo yo
y tú bien sabes.
Más allá de este abrigo de piel
que llevo puesto
que es carne de tu carne
más allá de mis entrañas
portadoras de vida
como la vida misma que un día me entregaste.
Más allá de los recuerdos de la infancia
más allá de todo lo demás
de todo y todo lo que miro y vivo
está este sentimiento que llega
sin pedir permiso y se instala
a recordarme la partida
y aquello que faltó por decirse
tal vez caricias evaporadas
el adiós sin retorno
la palabra escondida en un suspiro
que no cruzó mi semblanza
y hubiéramos dicho bajo la lluvia de los días.
Me martilla aún tu ausencia
tú bien lo sabes
en un silencio de danza solitaria
en una danza con los muertos
donde llevas tú el paso
que agiganta mi dolor.
No sé decir que día es hoy
supongo uno más sin importancia
otro que finge acercarme a tu orilla
porque sé que estás aquí, aún
pero no puedo verte
la muerte nos separa...
En la perdida mirada nocturna
y en la mañana
se me clava una daga en el alma
solo me entrego
a la danza con los muertos de mi casa.
Quiero decirte hoy lo que ya sabes
que a veces me embarga el luto añejo
sabes también de esta añoranza.
Es por eso que busco el instante
en que navegando entre los sueños me circundes.
A veces apareces con ellos
para danzar la danza con los muertos
todos los que después de ti, también se fueron
y vienen a susurrar mis pensamientos
en esa carencia, este vacío, que no podré deshabitar
si no cuando yo cruce el puente
y vengan todos a mi encuentro.


ANTONIETTA VALENTINA
©2006