miércoles, marzo 04, 2009

Recordando a la Vickyña




Ébano su cuerpo felino
vestía atuendo monjil
y le hacía franco honor
porque así casta se fue
quedó pintada de sueños.
Solitaria la recuerdo
dulce su mirada verde
solitaria gata Vecky.
Cazaba a veces palomas
merodeaban ingenuas
siendo presas de sus garras
terminaban derrotadas.
Esta Vickyña era asombrosa
cuando dormía en un filo
asomada en el balcón
tomando el sol de la tarde.
Jamás aplicó raguños
era mansa y temerosa
los ruidos la ahuyentaban.
Pasaba la noche entera
en la esquina de la cama
de su príncipe, su dueño.
Tenía verdes sus ojos
Y en sus patitas delgadas
unas huellas que la nieve
dejó un invierno de ensueños
tanto como en su entrecejo
en su pecho dulce y blanco.
Un mal día se marchó
en un viaje hacia el vacío
mientras soñaba la siesta
montada en la jardinera.
Qué destino habrá tenido?
A dónde estará viviendo?
Será que logró salvarse?
Habrá cambiado su vida.
Quién sabe si nos recuerda?
No existirá jamás gata
como ella, dulce, callada
y serena, sobria monja
grácil estampa felina.

Antonietta Valentina
2009

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